.:: Danzas con trajes de luces |
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VIRREINATO DEL PERÚ EL ÚNICO ORIGEN DE LOS MORENOS.
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Uno de los trajes y máscaras más antiguas del moreno se encuentran en el museo de oro del Peru que corresponde al siglo XVIII (1750) |
Las famosas minas de Laykakota fueron descubiertas y explotadas en 1657 por los hermanos Gaspar y José Salcedo, que en poco tiempo se convirtieron en los hombres más adinerados. Se llegó a decir que la riqueza de Laykakota no era igualada en América por la cantidad de plata que se podía extraer finalmente de los mencionados yacimientos.
Aunque se les tenía por hombres generosos y desprendidos, la actitud autoritaria, su ambición por ganar posiciones sociales y políticas; y su menosprecio por personas que se consideraban importantes, originó malestar y descontento contra ellos.
Según afirman algunos, los hermanos Salcedo fundaron la ciudad de Puno a la usanza española, con el nombre de San Juan Bautista, cuando descubrieron las minas de Laykakota en mayo de 1657.
No existe acta, ni documento que compruebe la fundación de Puno, pero es evidente, según han señalado varios autores, que al lado de las minas de Laykakota se formó otra población que adquirió gran importancia, llamada San Luis de Alba, que llegó según algunos a tener hasta 10 000 habitantes y que fue designada capital de la provincia de Paucarcolla que así se llamaba entonces Puno.
Según la tradición señala como fecha de fundación el 4 de Noviembre de 1668. Por bando del 3 de Noviembre del citado año, Puno fue elevado a rango de Villa con el nombre de San Carlos Borromeo de Puno, en Homenaje al Rey Carlos II y a San Carlos Borromeo. El 4 de Noviembre de 1668, se oficializa el hecho con una misa solemne celebrada en la Capilla de la Inmaculada Concepción. Es asi que dicha aldea sufre una modificacion considerable a consecuencia del traslado de la poblacion de Laykakota por efecto de enfrentamiento entre mineros españoles.
Al crearse el Virreinato de la Plata por Cédula Real del 1º de Agosto de 1776, se incorporó a él la Audiencia de Charcas, dentro de la que estaba incluido Puno. Pero en 1776 Puno, convertido en Intendencia, fue reincorporado al Perú en atención a las dificultades que había en las comunicaciones con Río de la Plata.
Los negros en el altiplano.- Por investigaciones de Ignacio Frisancho Pineda conocemos de la significativa población negra en la región Puno durante la colonia, escribía: “Los primeros negros que pisaron tierra collavina fueron aquellos, que en 1535, estuvieron en la expedición que Almagro organizó para la futura Capitanía de Chile… el comercio de esclavos en la zona de Puno… fue… intenso” (1983:16-18); “este comercio se incrementó notablemente, a partir de 1700 y más aún a partir de 1713” (1983:24); “Las cantidades de negros traídos a Puno, eran realmente grandes. En ‘tropas’ mayores a las que se llevaban a las Charcas. Basta poner dos ejemplos… En 1723, Gabino Pacheco trajo desde Buenos Aires, a la Villa de Puno, una ‘tropa’ de 87 esclavos; en 1727, doña María Juárez Peralta condujo personalmente desde Buenos Aires, para su venta en Puno, 100 esclavos de ambos sexos” (2002:3). Los negros se establecieron “en los pueblos que bordean el Lago Sagrado de los Incas… en las vastas llanuras de la meseta andina o en las cumbres y faldas de los cerros cuajados de minerales de oro y de plata” (1983:21-22).
A estos negros, la población andina los llamaba: Ch’ara (Bertonio 2004:273) o yanaruna (Bertonio 2004:273, González Holguín 1989:600). Y a la geta pronunciada que tenían, decían: Lakha llint’a (Bertonio 2004:511). A inicios del siglo XVII, según Gonzales Holguín y Bertonio, a los africanos se les aludía indistintamente como negros o morenos.
Los Morenos.- Los negros o morenos que residieron en el Collao y en las Charcas se desempeñaban en la servidumbre y en actividades mineras. Estos pobladores, que ostentan similares sensibilidades artísticas que los andinos, se incorporaron en una expresión coreográfica ancestral, la de los Sikuris, para dar forma a una nueva manifestación dancística, denominada Morenos. Esta danza practicada fundamentalmente por esclavos y acompañada por grupos de Sikuris, en sus comienzos estuvo asociada a la minería, principal actividad de la colonia. Hacía de escenario de los Morenos la hoy región Puno y buena parte de la actual Bolivia, porque en éste ámbito de los Sikuris florecían numerosos asientos mineros, siendo emblemáticos los de Potosí y Laykakota. Los Morenos desde sus orígenes se distinguió por ser una expresión coreográfica urbana.
Adaptación de Los Morenos.- En los años republicanos continuó la danza de los Morenos, sin la presencia de los negros, porque esta expresión coreográfica resultó adaptada por grupos de naturales o mestizos; sin embargo, persistió la esencia de la manifestación dancística. La parte musical seguía a cargo de los Sikuris. En el proceso de adaptación apareció la máscara como una reminiscencia a las danzas satíricas y de enmascarados del período prehispánico.
Traje suntuoso.- Además de la máscara, la indumentaria de los Morenos se distinguía de las otras danzas, por su “elegancia”, sus “ricos vestidos de fantasía”, “casacas recamadas de oro y plata”, “trajes costosísimos” o “vistosos trajes”. Una valiosa referencia de 1878, de Charles Wedell, dice: “Han salido los morenos ha bailar a las calles: ¡Qué elegancia!”. Otra elocuente nota periodística de 1903 sobre la fiesta patronal puneña, alude al atuendo de los Morenos en estos términos: “con la solemnidad de costumbre se sacó ayer en procesión la imagen de Nuestra Señora de la Candelaria, patrona de la ciudad. La plaza principal y las calles han estado con tal motivo muy concurridas con los bailes, luciendo una de las comparsas ricos vestidos de fantasía” (EEP 3/2/1903).
Los Morenos en el Siglo XIX.- Es indiscutible la presencia de los Morenos en el Altiplano del Titicaca durante los años decimonónicos. Así, atestiguan las referencias de 1852 y 1878 publicadas por Charles Wedell; también esta presencia se colige de las notas periodísticas halladas para este estudio; una de ellas, la de 1906, alude a los Morenos como baile “consabido” o habitual: “Terminada la fiesta de la Candelaria, en la iglesia Catedral, se condujo al medio día de hoy, la efigie de esa Virgen, en procesión, a la iglesia de San Juan, siendo acompañado por numeroso concurso. En la plaza de armas levantaron los indígenas devotos los tradicionales altares. Antes y después de la procesión, no han escaseado los consabidos bailes” (EEP 11/2/1906).
La Primacía de Los Morenos.- En la primera mitad del siglo pasado, los Morenos se entronizaba como la principal expresión coreográfica en la Festividad de la Virgen de la Candelaria y en otras fiestas patronales de la hoy región Puno, caso de la Festividad de Nuestra Señora de las Mercedes de Juliaca. Así, refrendan las referencias periodísticas ya aludidas (las de 1903 y 1906), como las que siguen: “Ayer… Tres partidas de morenos y numerosas de indígenas, han recorrido las calles de la población” (EEP 5/2/1912); “Desde esta mañana siguen recorriendo las calles, las comparsas de morenos, haciendo las visitas de costumbre a domicilios” (EEP 14/2/1916); “La más suntuosa presentación de los morenos obedece en el almanaque a los primeros días de febrero. Es una ofrenda indígena a la Virgen de la Candelaria, patrona de Puno” (EP 12/5/1923); “La asistencia de numerosas comparsas de ‘morenos’ dieron a la festividad un tono de honda alegría” (EEP 11/2/1932). En el concurso de danzas de 1934 realizado en la ciudad de Puno, el conjunto Morenos de Orkopata ganó en traje (LA 23/2/1934).
De la fiesta patronal juliaqueña, de los años veinte de la centuria pasada, Dionisio Torres Juárez reseñaba: “De estas fiestas pasadas de ahora de más de cinco lustros… se celebraba con mucha fastuosidad y salían los tradicionales ‘Morenos’ y cuyo mayorazgo insustituible era el recordado Miguel Ortiz” (1962:210). Por su parte, Pascual Carpio Idiáquez rememoraba: “Recordamos bastante la variedad de bailes típicos que se organizaban para dar nota de mayor realce a la festividad de la Virgen, entre esos se destacaba la comparsa de pusamorenos… que lucían sus vistosos trajes y al son de las zampoñas penetraban en la Capilla a rendirle veneración a la Virgen de las Mercedes” (A 9/1950).
Los Morenos y La Pandilla Puneña.- Cuando la danza de los Morenos se constituía en la emblemática de la Festividad de la Virgen de la Candelaria, la Pandilla Puneña hacía lo propio en los carnavales. En 1923 César Guillermo Corzo hacía notar tales empoderamientos, al escribir: “Morenos y pandillas, esas dos típicas manifestaciones de la raza que divinizó al Sol, son entre las ruinas colosales de los monumentos, los últimos regazos vivos del espíritu indio” (EP 12/5/1923).
La Danza de Los Morenos.- Hallamos una extraordinaria descripción sobre los Morenos redactada por el narrador y poeta arequipeño J. Víctor Neira, quien presenció la Festividad de la Virgen de la Candelaria de 1913. Veamos un fragmento de esta categórica y esclarecedora reseña: “Una docena de indígenas, ataviados de casacas recamadas de oro y plata, pantalón corto y turbante ó chambergo guarnecido de plumas, resaltan entre la multitud, con sus colores chillones y el ruido monocorde de las zampoñas y de los tamboriles. En cada esquina, en medio de la turba trashumante, danzan un baile grotesco, ritmando el cuerpo al compás de una matraca que agita, en medio del círculo, por ellos formado, el rey de la comparsa, y avanzan después, uno tras otro, rápidamente, acentuando los ademanes, gesticulando, como una murga fantástica… Celebran la festividad religiosa de la Virgen, la Patrona del pueblo, y acuden al templo repetidas veces y al pié del altar, en medio de la fanfarria vertiginosamente ejecutada, repiten sin cesar la misma danza, incansable, monótona, desesperada…” (EEP 11/2/1913)
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Traje de moreno del siglo XIX (1875) Casa O'higgins PUCP |
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Max Uhle con los Morenos de Puno (1907) |
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Danzarín de los Morenos de Puno, de los primeros
decenios del siglo XX. Tomado del libro Chucuito,
álbum Geográfico e Histórico (1928) de Juan
Alberto Cuentas. |
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Casco característico de los morenos y achachis, museo de oro del Perú siglo XVII |
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